Las conclusiones del II Foro de desarrollo regional Conectando a Córdoba con el mundo, celebrado recientemente, muestran las dos grandes oportunidades que vienen para el departamento con la apertura de Puerto Antioquia y la posibilidad de convertirse en actor relevante en el panorama energético nacional. Si sabemos aprovecharlas, el futuro de los cordobeses podría ser más promisorio en bienestar y desarrollo sostenible.
Puerto Antioquia será el puerto anhelado y nunca realizado por Córdoba en sus 72 años de historia. En materia energética, además de la hídrica que ya genera Urrá, el potencial es significativo, tanto en energía solar como térmica, con la ventaja de contar con yacimientos de gas y carbón en el territorio. En el sector energético el departamento tiene una nueva vocación económica, que complementa su tradicional fortaleza agropecuaria y minera.
Sin embargo, el desarrollo no llega por sí solo, se alcanza. El bienestar social no se exige, se construye. El progreso no se reclama, se merece. Estas nuevas oportunidades pueden ser un detonante de inversión y crecimiento en la región. ¿Cómo aprovecharlas al máximo? Se requiere, entre otros factores, de un marco institucional adecuado y del capital humano idóneo para que ellas permitan dar un salto decidido e irreversible hacia el desarrollo sostenible.
Desde la institucionalidad, serviría mucho construir, a través del diálogo social inclusivo y efectivo, un modelo de relacionamiento en el que los actors pongan el beneficio del departamento por encima de intereses particulares y acuerden criterios, comportamientos y compromisos para materializar las extraordinarias posibilidades que vienen. Ese gran acuerdo, el Pacto por Córdoba, serviría como garante de la realización responsable, ágil y exitosa de los proyectos y de la sana convivencia entre todos los actores (autoridades, comunidades, trabajadores, academia, empresarios y ciudadanía), convirtiendo a Córdoba en territorio atractivo y amigable para la Buena inversión, creando el ecosistema requerido para que la situación sea un auténtico gana-gana para todos.
A la par de la institucionalidad, es necesario formar el capital humano que se requiere. Una cercana relación entre empresas, academia y Estado es fundamental para identificar prioridades educativas y enfocarse en ofrecer al talento formación pertinente y oportuna, que allane el camino hacia su inserción laboral en empresas formales en la región. Hay que preparar el talento cordobés para ejecutar esos grandes proyectos. Sin capital humano la rentabilidad social de cualquier inversión es insuficiente. Prepararse para aprovechar este par de oportunidades es un deber de ciudadanía cordobesa.