En el 2015 las Naciones Unidas estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible como un plan de acción para conseguir la sostenibilidad económica, social y ambiental de los países miembros. Los objetivos son 17 en total y el número 4 es “Educación de Calidad”. Las Naciones Unidas dice lo siguiente acerca de este objetivo: “El objetivo de lograr una educación inclusiva y de calidad para todos se basa en la firme convicción de que la educación es uno de los motores más poderosos y probados para garantizar el desarrollo sostenible”.
La baja calidad educativa trae como consecuencia diversos problemas para una región, siendo algunos de ellos tasas altas de desempleo, especialmente en los jóvenes, poca movilidad social, dificultad para atraer a empresas que necesitan mano de obra calificada y profundización de las brechas sociales.
La educación de calidad es uno de los retos más importantes de la región Caribe para avanzar en el desarrollo social, económico y para tener una sociedad más justa. Los indicadores de la educación en la región Caribe; acceso, cobertura, analfabetismo, resultados en pruebas Saber, ranking de los colegios y universidades, entre otros, se encuentran triste y preocupantemente por debajo de los promedios nacionales.
El pasado 25 de marzo durante la ceremonia de grados de la Universidad del Norte, el rector, Adolfo Meisel Roca, habló sobre los principales desafíos de la región Caribe frente al resto del país. Explicó algunas razones por las que la región presenta rezagos sociales considerables con respecto al resto del país, siendo uno de ellos la baja calidad de nuestro capital humano. Estas fueron las palabras de Meisel con respecto a este tema: “De momento, el consenso indica que hay dos áreas críticas en las que la región tiene serias deficiencias para superar su rezago, la principal de ellas es el bajo nivel de su capital humano: nos debe ir mejor en las pruebas Saber 5, Saber 11, Saber Pro; tenemos baja cobertura en educación universitaria y nuestro bilingüismo debe incrementarse; nuestros maestros tienen menos cobertura en posgrados que los del resto del país, – por ejemplo, en las convocatorias de becas-crédito de Colfuturo, para hacer maestrías y doctorados en el exterior, casi no hay gente nacida en la región, igual sucede con las becas del Banco de la República”.
Actualmente el bilingüismo es una barrera para la educación de calidad en la región Caribe. Nos está generando un cuello de botella para tener acceso a trabajos mejores pagados y oportunidades para estudiar en otros países. La región pierde oportunidades de inversión y empleos de alto valor de empresas que necesitan recurso humano capacitados en inglés.
Ahora bien, el bilingüismo del siglo XXI es el conocimiento de lenguajes de programación. Simón Borrero, cofundador y CEO de Rappi, durante su conferencia en EXMA Colombia en Mayo del 2019 afirmó que “el mercado mundial está pidiendo programadores, está pidiendo cientos de miles de programadores. Nosotros hoy tenemos pelados de 18 años y niñas de 18 años brillantes en matemáticas, graduándose de matemáticas a estudiar contabilidad. Eso es un pecado en este momento. No necesitamos más contadores. Tenemos suficientes contadores para manejar el país. No tenemos suficientes programadores. Si nosotros entrenamos a 200.000 programadores. Esos programadores pueden pasar en 14 meses del colegio a Silicon Valley a ganarse 9 millones de pesos al mes. Las empresas de Silicon Valley pueden contratar a 200.000 programadores en Colombia”. Si nuestros jóvenes aprenden inglés y programación se logrará impactar de manera significativa los indicadores de calidad de la educación, y como resultado colateral, pero fundamental, van a poder acceder a muy valiosas oportunidades laborales en estos momentos en que la industria de la tecnología está en furor y requiriendo mano de obra, haciendo de la empleabilidad un resultado concreto de esos avances en educación que ya deberíamos estar implementando.