La gran mayoría de los cordobeses desconocemos las cifras sobre los ingresos y gastos departamentales y municipales y las fuentes de ingresos. Tampoco sabemos dónde y cómo se gastan la plata. Esto conduce a pensar que se desperdicia la plata y que no hay rendición de cuentas sobre su manejo y la eficacia del gasto.
Para conocer las cifras y emitir juicio sobre su uso necesitamos conocer su monto, procedencia, y destino. Hace 30 años era difícil saberlo porque la información y el acceso a ella eran limitados. Para los 16 años pasados hay buenas cifras sobre la ejecución de los presupuestos municipales y departamentales.
Ellas se encuentran principalmente en los sitios internet del Ministerio de Hacienda, el Departamento Nacional de Planeación, la Contraloría General de la Nación y en la Contaduría General de la Nación, las más completas y la fuente de las cifras citadas abajo. La Gobernación de Córdoba tiene poca información en su sitio. Para encontrar las cifras hay que buscarlas y perseverar en ello.
Al mirar las cifras encontramos que los ingresos promedios de la administración departamental fueron $1.65 billones (millón de millones) en 2021-2023 y $0.7 billones en 2008-2010. Un aumento grande. A precios de 2023 (corrigiendo por inflación), los ingresos subieron de $1.27 billones en 2008-2010 a $1.73 billones en 2021-2023. De los ingresos en pesos de 2023, un 79 por ciento proviene de transferencias y regalías. A su vez, los gastos fueron $1.12 y $1.36 billones en 2008-2010 y 2021-2023. Todos los años hubo superávit: 22 pesos anuales por cada 100 pesos de ingreso durante 2008-2023, una frugalidad impuesta porque deben pagarse las deudas contraídas en años anteriores que financiar un derroche de gastos. El derroche también sucedió en varios departamentos y muchos municipios.
Al examinar el gasto en 2008-2023, se ve que por 100 pesos gastados se invirtieron 86, un monto que algunos no creerán. Al mirarlo en detalle, encontramos que 70 por ciento del gasto total va a gastos de personal y un 60 por ciento a gastos de personal en educación. Queda poco para gastar en infraestructura. Allí se gastaron 8 de cada 100 pesos. En conclusión, no se ve un impacto claro en el rendimiento escolar pero sí se ven las deficiencias en infraestructura (ej., carreteras, agua, alcantarillado).