El departamento de Córdoba ad-portas de celebrar sus 7 décadas de aniversario, en su recorrido por la construcción de una prosperidad sostenible hoy todavía enfrenta varios retos relevantes.
En materia de competitividad, todavía se distancia del top 10 de departamentos del país, pues se ubica en la posición 21 entre los 33 departamentos considerados. El departamento sostiene bajos niveles de innovación, de penetración financiera, adopción de tecnologías de información y comunicaciones, y en debilidades en educación superior y formación para el trabajo.
En primer lugar, con relación a la innovación el departamento se mantiene con insuficiente inversión en actividades de ciencia, tecnología e innovación, escasos registros de marcas o de propiedad industrial, y baja producción e investigación científica, en donde departamentos como Bogotá, Antioquia y Caldas, toman un liderazgo considerable.
Respecto al sistema financiero en Córdoba su penetración es todavía insipiente. Solo el porcentaje de la cartera total del departamento respecto al PIB departamental supera el 25%, en el Atlántico esta excede el 60%. Así también el número de cuentas de ahorro por cada cien habitantes mayores de 18 años, cuando en Bogotá es de 120, en Córdoba es de 34, reflejo de la baja utilización del sistema financiero.
Otro reto pendiente se concentra en la adopción de tecnologías de información y comunicaciones, que parte por el bajo interés en estudiar carreras afines y a su vez la baja tasa de graduación frente a la cantidad de habitantes en edad de estudiar pregrado. En los hogares también se encuentra un bajo porcentaje con computadores para uso doméstico, lo que contrasta con casi 96% de los hogares que si cuentan con al menos un teléfono celular.
Otro aspecto que nos mantiene en la cola de la competitividad del país se vincula con los desafíos en materia de formación superior y para el trabajo. El departamento acumula un bajo número de graduados en posgrado por cada 100 mil habitantes, considerando que en Santander se gradúan 394 estudiantes por cada cien mil habitantes, en Córdoba solo se alcanzan 33 graduandos. En adición, las coberturas en formación técnica y tecnológica son paupérrimas en contraste a otros departamentos, el porcentaje de matriculados en formación técnica y tecnológica es de 2,3% de la población entre 17 y 21 años, como referencia en Bogotá se logran coberturas superiores al 25% de los jóvenes en esas edades.
Sin embargo, también hay pilares donde el departamento encuentra avances más destacables, como por ejemplo en la diversificación de sus destinos de exportación, educación básica y media, y sostenibilidad ambiental.
Aunque no se conoce mucho, el departamento ha logrado ampliar sus destinos de exportación, entre los que se incluye ahora a China, Singapur, Países Bajos, Japón, Corea del Sur, India, entre otros. Lugares hacia donde se dirige principalmente ferroníquel, carne bovina, leche, madera y carbón de piedra, principalmente. Así, aunque se cuenta con una variedad amplia de destinos de las exportaciones del departamento, se mantiene muy cerrado al comercio exterior con una balanza comercial que apenas representa el 13% del PIB departamental.
En el campo educativo, las coberturas, aunque distantes de alcanzar el 100%, rodean el 80% para básica y secundaria, mientras para preescolar y media se ubican alrededor del 50%. En calidad, logra una razón de estudiantes en colegios oficiales por cada docente disponible de 24, cuando la mejor relación en el país la conserva Nariño con 20 estudiantes por docente. En adición, los puntajes en pruebas SABER 11 en colegios oficiales alcanzan promedios de 40 puntos y de 47 para el total del departamento.
En temas ambientales, en Córdoba las variaciones en suelo deforestado han venido disminuyendo, cuenta con un cuarto de su territorio como área protegida, pero con grandes encrucijadas para avanzar en la certificación de calidad ambiental para las empresas y acrecentar la inversión en servicios ambientales.
El departamento enfrenta innumerables oportunidades por consolidar una senda de desarrollo sobre la base de una estructura económica, social e institucional mucho más robusta a la actual que permita aumentar los niveles de competitividad.
Kelina Puche Carrascal