En medio de la actual contienda presidencial, han surgido de todas las campañas sin importar su ideología, nuevas propuestas en lo económico, y esto tiene que ver con la economía digital, y en particular con las StartUp.
Lo primero que debemos hacer es definir qué es y que no es una Startup. Pues bien, la traducción al castellano significa “Comenzar”, y son compañías de tecnología con un portafolio de servicios y/o productos innovadores, bien por su contenido en si, por su forma de venta, u otro, con un crecimiento intensivo en ventas, empleados, y que logran obtener una participación rápida del mercado, por tanto, altas valoraciones. Hay Starups en todos los sectores: agroindustriales (Agrotechs), financieros (Fintechs), salud (Healthtechs) inmobiliario (Proptechs), etc. En Contraposición, y siendo igual de válido, un emprendimiento tradicional seria una empresa con una vocación de crecimiento más conservadora, y sin altas exigencias continuas de capital.
Según cifras del diario Portafolio, sólo para el año 2021, el volumen invertido en emprendimientos digitales colombianos fue de 808,9 millones de dólares, teniendo un crecimiento de más del 63% frente al 2020. Contrastada la inversión en esta naciente industria, versus una mucho más madura y tradicional como lo es la exportación de carne vacuna, cuyo valor FOB en este mismo período fue de 247,7 millones de dólares (Fedegán), ella sola representó como ingresos adicionales para la economía del país un 326%. Toma mayor relevancia el hecho que, en las StartUp, casi la totalidad del dinero que ingresa como inversión es “Quemado” o gastado en un período de entre 12 a 24 meses a fin de ganar mercado, lo cual dinamiza la economía considerablemente al aumentar el consumo.
Un buen ejemplo de una StartUp local que une al campo con la ciudad es Frubana, que básicamente conecta productores de alimentos con restaurantes. Actualmente Frubana con apenas cuatro años de creación (2018), ha logrado inversiones por valor de algo más de 102 millones de dólares, dándole una valoración muy seguramente por encima de los 400 millones de dólares.
Ahora bien, pensar en lograr esto nos parece de inicio distante y lejano, sin embargo, esta compañía fue fundada en Colombia por un joven barranquillero que encontró en la economía digital un mercado mucho más transparente, con mayores oportunidades de capital y que, sin importar el lugar de donde provenga el modelo de negocio, le apuesta decisivamente al talento y a solucionar los problemas económicos y sociales mediante la tecnología. De esta manera, resulta importante que nuestras autoridades locales puedan desde ahora impulsar este tipo de iniciativas y soluciones económicas en la región, y que a su vez puedan articularse con las instituciones del nivel central que vienen apoyando e incubando estas empresas: INNPULSA, MINTIC, acompañado de la formación de profesionales idóneos y pertinentes en áreas como desarrollo de software, programación, mercadeo digital, diseño industrial, entre otras. Hoy Barranquilla es la ciudad que en el Caribe concentra el mayor número de emprendimientos y atrae la mayoría de inversión en StartUp´s; sin embargo, ser los segundos y aprender de los pasos que ya ha tomado esta ciudad hermana, sin duda nos servirá para generar mayores oportunidades de empleabilidad para nuestros jóvenes y bienestar social para nuestra región.
Juan Luis Pérez Escobar