Colombia comercia poco con el mundo porque su producci\u00f3n industrial y parte de su producci\u00f3n agropecuaria est\u00e1n protegidas de la competencia internacional por un complejo y extenso sistema de permisos y reglamentos que impide importar productos for\u00e1neos.<\/p>\n\n\n\n
Un libro sobre comercio exterior que public\u00f3 el Banco de la Rep\u00fablica en 2019 y el informe de la Misi\u00f3n de Internacionalizaci\u00f3n publicado en 2021 concluyen que la econom\u00eda colombiana ha estado cerrada a la competencia internacional por varias d\u00e9cadas. La apertura econ\u00f3mica, como se conoce al fallido intento de abrir la econom\u00eda a la competencia externa a inicios de los 1990s, fracas\u00f3. El proteccionismo impera y el T\u00edbet colombiano \u2013como calific\u00f3 al pa\u00eds un Ministro de Hacienda hace cuatro d\u00e9cadas porque se permit\u00eda importar poco\u2013 pervive.<\/p>\n\n\n\n
El proteccionismo perjudica a los colombianos, y en especial a los productores y consumidores de la Costa Caribe porque les impide explotar un importante activo natural del que disponen: su localizaci\u00f3n geogr\u00e1fica. Los productores pierden porque no pueden comprar en el extranjero insumos, materias primas y bienes intermedios para producir bienes de buena calidad a un precio razonable. Productos de regular calidad y precios altos no pueden competir en los mercados internacionales; por eso no podemos beneficiarnos de la cercan\u00eda a los puertos de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta.<\/p>\n\n\n\n
Al no poder explotar la ventaja de nuestra cercan\u00eda a los puertos y los menores costos de transporte que ella permite, los productores de la Costa pierden la posibilidad de tener una ganancia mayor por d\u00f3lar exportado, lo que habr\u00eda sido posible con un producto de buena calidad y precio razonable. Las p\u00e9rdidas de lo que no se exporta no se ven pero son reales, para la regi\u00f3n y para sus productores. Las p\u00e9rdidas pueden ser grandes pues no tenemos acceso al gran mercado que la econom\u00eda mundial ofrece a nuestros productos.<\/p>\n\n\n\n
Los consumidores de la Costa pierden porque pagan m\u00e1s por un producto nacional de inferior calidad que por uno extranjero que podr\u00edan comprar si no existieran restricciones para adquirirlos en los mercados internacionales. La ausencia de restricciones sobre pa\u00eds de origen es necesaria para conseguir precios bajos, pues un art\u00edculo importado de un pa\u00eds con el cual tenemos un tratado comercial no lo asegura. Si las autoridades permiten importarlo de nuestro socio comercial pero no de otros pa\u00edses, nuestro socio cobrar\u00e1 por su producto tanto como el mercado colombiano se lo permita, pues no tiene competencia.<\/p>\n\n\n\n
Un ejemplo ilustra este punto. Colombia importa vinos de Chile porque tiene un tratado comercial con ese pa\u00eds, pero como lo muestra el libro del Banco de la Rep\u00fablica el mismo vino es mucho m\u00e1s costoso en Colombia que en otros pa\u00edses porque en Colombia las importaciones de vinos est\u00e1n restringidas.<\/p>\n\n\n\n
Si los consumidores y productores de la Costa Caribe pierden por el proteccionismo, \u00bfqui\u00e9nes ganan con \u00e9l? El grueso de los bienes protegidos se producen en el Interior, principalmente en Bogot\u00e1, Medell\u00edn y Cali, los tres principales centros industriales del pa\u00eds. En el a\u00f1o 2020, Bogot\u00e1-Cundinamarca y los departamentos de Antioquia y Valle del Cauca produjeron el 57 por ciento de la producci\u00f3n nacional y sus 22 millones de habitantes ten\u00edan un ingreso per c\u00e1pita cercano a los 26 millones de pesos. Los departamentos continentales de la Costa Caribe produjeron cerca del 15 por ciento de la producci\u00f3n nacional y el ingreso per c\u00e1pita de sus 11.5 millones de habitantes se acercaba a los 13 millones de pesos, la mitad del ingreso de las tres regiones m\u00e1s ricas. C\u00f3rdoba queda todav\u00eda m\u00e1s abajo: con 10 millones de pesos de ingreso per c\u00e1pita, un 38 por ciento del ingreso de las tres regiones m\u00e1s ricas. Sabemos que econom\u00edas m\u00e1s abiertas a la competencia externa tienden a crecer m\u00e1s r\u00e1pido, como Corea del Sur o Vietnam. Tambi\u00e9n sabemos que altas tasas de crecimiento econ\u00f3mico son la forma m\u00e1s eficaz de reducir la pobreza r\u00e1pidamente. Tambi\u00e9n hay acuerdo en que econom\u00edas m\u00e1s abiertas a la competencia tienden a ser menos desiguales porque las empresas y los grupos empresariales no viven de las rentas provenientes de mercados monop\u00f3licos sino que se ven forzados a innovar y a aumentar su productividad. Al priorizar el proteccionismo y la ausencia de competencia, el pa\u00eds escogi\u00f3 crecer poco y mantener alta la desigualdad y la pobreza. Esa escogencia refleja las preferencias de las autoridades y de los grupos de intereses de las zonas ricas: un mercado cautivo y una vida muelle a costa del bienestar de los habitantes de las regiones m\u00e1s pobres, como la Costa Caribe.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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