Ya hace más de un año recibí una llamada del doctor Jairo Burgos De La Espriella, en la que me conversó alrededor del interés de diseñar y poner en marcha un centro de pensamiento para el departamento de Córdoba y me invitaba a reunirnos con otras personas para iniciar este diálogo constructivo.
Debo confesar que si bien me interesó desde el inició poder trabajar en cualquier cosa que aporte al bienestar de mi región, no entendía muy bien qué era eso de un centro de pensamiento, para que servía, o qué hacía en su día a día. Estas mismas dudas son recurrentes cuando compartimos con muchos de los amigos sobre esta iniciativa, y quienes manifiestan su interés por participar y colaborar con “Atarraya”, nombre de nuestro centro de pensamiento en Córdoba. Es por esto por lo que desde “Atarraya” hemos querido compartir con ustedes, los lectores y posibles compañeros en este camino que iniciamos, algunos conceptos básicos para que todos estemos en el mismo nivel de información y así hacer más efectivo nuestro impacto en la región. De ahí la definición de “Atarraya” como una red que se teje y crece con el aporte de todos.
En mayor o menor medida, los centros de pensamiento sirven de puentes entre el sector académico e intelectual y los hacedores de políticas públicas y privadas. Hay los que se concentran más en el debate de ideas y aquellos que se concentran más en las políticas, ambas para procurar una mejor sociedad o la solución de un problema específico. La revolución tecnológica y la explosión de información en internet ha ayudado a la reciente formación de nuevos centros de pensamiento, especialmente en países en desarrollo. La crisis de confianza en autoridades políticas en algunos países, el fin del monopolio estatal en la información pública y la globalización también ha ayudado a la creación de nuevos centros de pensamiento[1].
Como espacios de reflexión y generación de ideas, los centros de pensamiento son concebidos como entidades independientes de los ámbitos gubernamentales, intereses políticos o financieros, con el fin de abrir espacios donde converjan el interés general, generando ideas profundas y prácticas que puedan ser legitimadas por la sociedad. Es así como ellos son efectivos para afianzar el concepto de acción comunitaria ya que estimulan los deseos de autosuperación, promueven la iniciativa local y son un fiel reflejo del poder de la sociedad civil[2].
Hoy “Atarraya” es una realidad, contamos con un grupo de participantes y aliados que nos permitirán identificar y trabajar en aquellos temas en donde como departamento y región tenemos grandes oportunidades y retos. Siempre hay lugares comunes, como la educación y la salud, pero también hay oportunidad que poco hemos explorado, como nuestras ventajas para ser una zona exportadora de bienes y servicios, o retos emergentes como el cambio climático, la conectividad y sus efectos en nuestro desarrollo. Nuestra invitación es a que estén muy atentos a nuestra evolución, a que se vinculen a nuestras iniciativas y que juntos podamos aportar a dejar un departamento mejor que el que encontramos para las próximas generaciones.
[1] ¿Qué son y para qué sirven los Centros de Pensamiento? • El Nuevo Diario
[2] Orly Vidal Correa – Guajira360